viernes, 14 de febrero de 2014

Núm. 21. ILUSIONES ROTAS

Fecha de publicación: 26 - V - 1979.



   "Lo sucedido entre Ana María y el impostor dejará eterna huella en mi alma, Sarita". -El Guerrero del Antifaz.




     Tras comprobar que quien está ante ellos es el verdadero conde de Roca y no un suplantador, Ana María, Sarita y Ramiro ponen a éste al corriente de lo sucedido desde que "Máscara de Hierro" le hiciera prisionero y se lo llevara. Alarmado al saber que el pirata samurai había regresado al castillo dos días antes, nuestro héroe ordena que su cadáver sea buscado en el foso para así confirmar que ha muerto ahogado. Al no encontrar el cuerpo llegan a la conclusión de que, tal vez, la corriente lo haya arrastrado.
     Desde el primer momento Ana María es consciente de la amenaza que Li Chin representa para la estabilidad de su matrimonio y decide que hay que buscarle un hogar fuera del castillo. Esa noche, en la intimidad del lecho, informa a su esposo de su próxima maternidad y le hace partícipe del miedo que tiene a que el padre de la criatura sea el impostor que abusó de ella cuando estaba amnésica. El Guerrero reacciona mal, negándose a que el niño nazca, y, ofuscado, está a punto de emplear la espada contra su propia esposa.
     "Máscara de Hierro", que ha conseguido infiltrarse en el castillo, se abre paso hasta los aposentos de los condes, cuya puerta vigilan, inquietos, los celosos Ramiro y Li Chin. El pirata hiere al escudero clavándole una alabarda en la espalda. Aun herido, Ramiro le hace frente hasta que cae derribado por un golpe del oriental. En ese momento, la puerta de la alcoba se abre dejando paso al Guerrero del Antifaz, quien, cansado de su enemigo, se emplea a fondo, y, tras singular combate, lo decapita.
     Ana María atiende, solícita, las heridas de Ramiro, cosa que Li Chin aprovecha para espetarle que se interesa demasiado por la suerte de un simple criado delante de su esposo. La condesa se defiende de sus insinuaciones y deja claro que entre ellas no puede haber amistad.
     Algo se ha roto entre Ana María y nuestro héroe, quien decide poner tierra de por medio y seguir los pasos de sus amigos Don Luis y Fernando, los cuales, ignorantes de su retorno, siguen buscándole al tiempo que combaten contra los piratas que asolan las aguas españolas. Aunque el deseo del Guerrero es que Li Chin se quede en el castillo, ésta se escapa y. montada a caballo, le sigue de lejos sin que él lo sepa.


COMENTARIOS:

             -Li Chin demuestra ser una rival franca y directa que no oculta la antipatía que siente hacia Ana María desde el mismo momento en que la conoce. El que el enmascarado sea un hombre casado no supone ningún obstáculo para ella.
              -Gago siembra sutilmente la duda:  ¿Y si el hijo que espera Ana María no fuese realmente fruto de su violación a manos del impostor?. Como ella misma dice, tiene "terribles sospechas" de que lo sea;  pero, como todos sabemos, una sospecha no equivale a una certeza.
             -Resulta curioso que el Guerrero se enfrente a "Máscara de Hierro" con el rostro totalmente cubierto cual verdugo y termine cortándole la cabeza.
              -En la viñeta 5 de la página 6 está claro, por la postura del brazo y de la mano derechos de nuestro héroe, que el Guerrero originalmente empuñaba una espada con la que estaba a punto de atentar contra su esposa al saber que el hijo que espera no es de él. Lo más probable es que a alguien de Valenciana la escena le resultase demasiado fuerte y Gago se viese obligado a hacer desaparecer al arma. Sin embargo, en la siguiente viñeta, vemos cómo el enmascarado la arroja al suelo al darse cuenta de que "iba a reaccionar como una mala bestia".
             -Numeración en interior de la contraportada, 364.