jueves, 2 de febrero de 2017

Núm. 36. DEFENDIENDO A ANA MARÍA

Fecha de publicación: 8 - IX - 1979.



        "¡No te fíes de las gatitas! ¡Son enemigas de los perros!" -Li Chin a "Lobo".



       Los hombres de "Lobo" manifiestan a éste su malestar, pues creen que pretende aprovecharse de la prisionera sin compartirla con ellos, pero él intenta calmarles diciéndoles que si quieren tener el dinero que han pedido como rescate al conde de Roca, deben respetarla. Para asegurarse de que no intentan nada, "Lobo" droga el vino que se sirve durante la cena, y, pronto, todos se quedan dormidos. Entonces, el jefe de los bandidos entra en al aposento de Li Chin dispuesto a pasar un buen rato con ella. La muchacha se revuelve furiosa y, tras golpearle, huye de la cueva. Sin embargo, su admirador se recupera enseguida y sale en pos de ella.
       Mientras tanto, Ana María comprueba con alivio que Ramiro comienza a sentirse atraído por Nora, a la que acompaña al bosque a recoger hierbas medicinales. El Guerrero del Antifaz, que es consciente de la clase de sentimientos que el escudero alberga hacia su esposa, afirma estar dispuesto a no dejarla sola y a recuperar el tiempo perdido.
       Los esbirros del falso monje Cicuta, disfrazados de soldados, buscan a su jefe cuando se topan con la curandera y el escudero. Reconociendo al enemigo de su señor, se aprestan a capturarlo. Aturdido por el golpe de una maza, Ramiro se desploma y queda a merced de sus atacantes. Uno de los facinerosos está a punto de rematarlo de un lanzazo, pero Nora se interpone suplicante dando tiempo al gigante para que se recupere. Mientras él se las entiende con los canallas, la muchacha corre a avisar al enmascarado, quien, tras ordenarle que se quede en la casa con Ana María y Adolfito, acude en auxilio de su vasallo. Todos los esbirros, excepto uno que consigue escapar, caen ante las fuerzas combinadas de señor y escudero.
       "Lobo" alcanza finalmente a Li Chin, y la ata a un árbol, reanudando su libidinoso acoso. En ese momento aparecen sus hombres que ya han despertado del sopor en que los sumió el vino drogado. "Lobo" se justifica ante ellos diciéndoles que la oriental se había escapado y que él había salido a capturarla. Pero lo que hace es ganar tiempo y rápidamente corta las ligaduras de la joven, a la que apremia para que huya entre los árboles mientras él se enfrenta a los que hasta poco eran sus subordinados. Superado en número, "Lobo" cae herido de muerte, demostrando a Li Chin que, en el fondo, no era tan mal tipo como ella creía.
       Ana María ya se siente más repuesta y el Guerrero considera que ya ha llegado el momento de abandonar aquellos parajes. Como Nora ya no está segura allí, les acompaña en su regreso al hogar. Por el camino, el enmascarado hace partícipe a su esposa de su intención de regresar a la cueva de "Lobo" para rescatar a Li Chin, Ésta, agotada por su frenética huida, se queda dormida a cielo abierto y, al despertar, se lleva un sobresalto, pues un soldado ha estado vigilando su sueño. El individuo resulta ser el esbirro de Cicuta que consiguiera huir del enmascarado y el escudero. La oriental, tomándolo por un soldado de verdad, le pregunta si ha visto al Guerrero. Comprendiendo que se trata de una amiga de su enemigo, el hombre la engaña diciéndole que sí y que él mismo la acompañará al lugar donde se encuentra.

COMENTARIOS:

               -Como otros anteriormente, "Lobo" cae prendado de los encantos de Li Chin, a la que somete a un continuado acoso sexual. Ella, que sólo tiene ojos para el Guerrero, no siente nada por él, si bien acabará lamentando su muerte.
              -Hay que resaltar que este es uno de los pocos episodios en los que Gago permite que una ligera sonrisa aflore a los labios de nuestro héroe, a quien sus detractores acusan de ser un personaje excesivamente serio y nunca dado al humor o la alegría.
             -Numeración en interior de la contraportada, 379.