jueves, 4 de febrero de 2016

Núm. 33. BANDIDOS MONTAÑESES

Fecha de publicación: 18 - VIII - 1979.



       " -Yo también puedo ser tan caballero como tú...aunque sea un hombre del pueblo." -"El Lobo" a nuestro héroe.



       "El Lobo" lanza con su honda una piedra de buen tamaño al Guerrero del Antifaz, quien reacciona rápidamente, agachándose. Ambos hombres se enfrentan en una reñida pelea en la que, a pesar de demostrar ser un enemigo temible, el bandido se lleva la peor parte bajo los puños del enmascarado. También Li Chin interviene en la refriega, derribando a varios de los asaltantes con sus técnicas de lucha orientales.

       Al ver caer a su jefe, "Alcornoque", el segundo de "El Lobo", se abalanza sobre nuestro héroe. El Guerrero también le derriba; pero "Lobo", ya recuperado, aprovecha el momento para golpearle por la espalda con una estaca de madera. El enmascarado se desploma inconsciente y cuando "Alcornoque" se dispone a aplastarle el cráneo con una roca, Li Chin se lo impide de una pedrada. "Lobo" reduce a la muchacha y, bien pronto, le deja claro que se siente atraído por ella.

       Los bandidos maniatan a sus prisioneros. Uno de ellos ofrece el producto de sus robos a cambio de quedarse con la muchacha; y "Alcornoque" está dispuesto a lo mismo si le entregan al enmascarado, a quien odia por haberle vencido; sin embargo, su jefe se niega en redondo a renunciar a la joven y a la posibilidad de obtener un buen rescate por el Guerrero del Antifaz.

       El falso Cicuta se reúne con el grupo y confiesa a nuestro héroe las intenciones que albergaba hacia su  esposa. Es tal la repugnancia que el enmascarado siente por el malhechor, que le propina una patada en el estómago. Acto seguido, la banda de criminales lleva a la pareja de prisioneros a su refugio por peligrosos caminos de montaña que bordean altos precipicios.

       Mientras tanto, Nora, "La bruja", atiende con sus remedios naturales a Ana María, que ha perdido al hijo que esperaba y aún sigue muy enferma. La curandera, que ha visto en Ramiro a su hombre ideal, desea la pronta sanación de la paciente, para que ésta se pueda reunir cuanto antes con su esposo, el conde de Roca y le deje, así, el camino libre. El escudero está muerto de preocupación por la mujer que ama, pero Nora le da ánimos, asegurándole que su señora mejora y ya está fuera de peligro. Ramiro le confiesa que no está tranquilo, ya que sus perseguidores podrían aparecer en cualquier momento. "La bruja" le tranquiliza, diciendo que llegado el caso, conoce un escondite.

       El Guerero del Antifaz, que no ve la hora de quedar libre para reemprender la búsqueda de Ana María, llega a un acuerdo con "Lobo", por el que Li Chin se quedará como rehén de los bandidos mientras él parte en busca de su esposa con la promesa de regresar, después, con cierta cantidad de oro como recate. Antes de marchar, exige al jefe bandolero que respete a su amiga o, de lo contrario, no habrá trato y no obtendrá ningún botín. Li Chin disipa sus temores, confiando en que sabrá hacerse respetar por sus captores. Por su parte, "Lobo" promete defenderla de cualquier peligro.

       El falso Cicuta y "Alcornoque" no ven con buenos ojos la partida del Guerrero y siguen sus pasos con la intención de acecharle. El enmascarado está ansioso por reunirse con sus seres queridos y echa a correr velozmente por el sendero de montaña.

       "El Lobo" se ha encaprichado de Li Chin, y, mientras comen algo, le confiesa a ésta que se alegraría si el Guerrero no volviera; pues está seguro de que si se quedara con él, sabría hacerla feliz.

       En la puerta de su casa, Nora recibe a un bandido montañés, conocido suyo, llamado "Hércules", que solicita ayuda para uno de sus hombres que está enfermo. "La bruja" le hace saber que sólo irá si el caso es grave, pues está ocupada. Intrigado por a quién pueda cobijar, el bandido interroga a la muchacha.


COMENTARIOS.

               - Según "Lobo", el falso Cicuta es un bandido apodado "El monje" que afirma sentir vocación. Sin embargo, en el episodio anterior se refirió a él como "El escorpión", y se sorprendió de verle vestido con hábitos eclesiásticos. Da la impresión de que, en muchas ocasiones, Gago improvisa sobre la marcha la trama y los diálogos definitivos, confíando demasiado en su memoria  e incurriendo en deslices como éste.

               - Ahora el falso monje confiesa a nuestro héroe que aspiraba a tener relaciones sexuales con la condesa, además de planear pedir un rescate por ella. Hasta el momento, no se había insinuado en ninguna ocasión que el bandido albergara ningún tipo de deseo por Ana María, y daba la impresión de que únicamente le movía la ambición de obtener riquezas.

               -Numeración en interior de la contraportada, 376.

     

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