martes, 27 de marzo de 2018

Núm. 72. PERSECUCIÓN EN LA CIUDAD

Fecha de publicación: 17 - V - 1980.



Grof, el gorila negro soltado por Goluef, no tarda en encontrar el rastro del Guerrero del Antifaz, Li Chin y una de las mujeres del serrallo que se ha unido a ellos en su intento de fuga. Tras encerrarse en uno de los aposentos, el trío sale por una ventana y sigue una cornisa que recorre la pared exterior hasta una planta trepadora por la que ambas mujeres comienzan a descender.
     El gorila tira abajo la puerta y hace frente al enmascarado en la peligrosa cornisa. Malherido por la espada del Guerrero, y antes de caer al vacío, el simio coge a nuestro héroe y lo arroja por los aires. Afortunadamente, el cristiano frena su caída agarrándose al tablón que antes usara para acceder al palacio de Goluef. Abajo en la calle, Li Chin y la muchacha del harén son sorprendidas por algunos centinelas. Viéndolas en peligro, su amigo del antifaz salta desde el tablón sobre el grupo de atacantes y se emplea a fondo con ellos.
     Mientras tanto, Goluef, que ha salido del edificio, arenga a su agonizante gorila para que mate al Guerrero; pero el cuadrumano, enfurecido por el dolor que le provocan las heridas mortales que ha recibido, se revuelve contra él y le rompe las vértebras cervicales. Acto seguido, el animal se abalanza sobre la mujer del serrallo, a la que mata, antes de que el enmascarado remate con su acero a la enloquecida bestia.
     Con Goluef y Argos fallecidos, los griegos no saben qué decisión tomar con respecto a los extranjeros. De momento, deciden ponerlos en libertad aunque les advierten que sólo podrán marcharse si lo autoriza Kaskoulus, el hermano del finado Goluef, quien pasará a hacerse cargo de la jefatura. Mientras un barco parte para informar al tal Kaskoulus de los últimos acontecimientos, el enmascarado, Li Chin y los recién liberados de su calabozo, Don Luis y Fernando, permanecen confinados tras las paredes del palacio; si bien, gozan de cierta libertad de movimiento dentro del edificio.
     En España, las tropas capitaneadas por Ramiro obligan a las fuerzas de Romualdo a batirse en retirada. Ana María se aloja en casa de unos campesinos que la reciben alborozados aunque echan de menos la presencia del conde de Roca, al que necesitan en estos momentos de peligro. La condesa no sabe qué contestar respecto al paradero de su esposo e, incluso, alberga el temor de que haya podido haber muerto, pues tarda en producirse su regreso. No lejos de allí, las fuerzas enemigas se reagrupan y, enteradas del paradero de Ana María, se encaminan hacia la casa de los campesinos con la esperanza de hacerla prisionera.
     Las cosas comienzan a complicarse todavía más; pues, aprovechando que el condado de Roca ha quedado desguarnecido de soldados, Romualdo lo invade y pone sitio al castillo con máquinas de guerra.
     En el Mar Egeo, Kaskoulus, enterado de la suerte corrida por su hermano, zarpa hacia la isla donde gobernara este último, para tomar la jefatura y decidir el destino de los que él considera culpables de la muerte de Goluef. Al mismo tiempo que su nave se adentra en el desfiladero navegable, el Guerrero muestra a sus amigos una trampilla que, ha descubierto, comunica con las cloacas de la ciudad. Después de encender una antorcha, el cuarteto se interna en las insalubres galerías en busca de una posible salida al mar.
     Al percatarse de su ausencia, los centinelas del palacio registran el edificio; pero, no encontrando pista alguna de ellos, intuyen que han podido fugarse por la trampilla que da a las cloacas. Rápidamente, un gran número de griegos y gorilas amaestrados irrumpe en los hediondos sumideros y montan guardia en lugares estratégicos. Los fugados no tardan en ser descubiertos por uno de los numerosos grupos que registran las galerías y han de recurrir a las armas para defenderse. Mientras, en las sucias aguas, las ratas aguardan.

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-Numeración en interior de la contraportada, 415.

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jueves, 22 de marzo de 2018

Núm. 71. LAS MUJERES DE GOLUEF


Fecha de publicación: 10 - V - 1980.

"-¡Partiré con vos, Ramiro! (...) Mis vasallos deben verme a su lado. Si es preciso, combatiré también."
                                -Ana María.



A pesar de sus bravatas, Goluef no se muestra nada dispuesto a enfrentarse en un duelo personal con el Guerrero del Antifaz, y ordena a sus hombres que le apresen. Argos, comprendiendo que su jefe sólo quería librarse de él, conmina a sus seguidores a que no intervengan en la captura del extranjero.
     Acosado por el cabecilla griego y los suyos, el enmascarado retrocede hasta una casa cuya puerta resulta estar abierta. Tras cerrarla con cerrojo, sube al piso superior para intentar huir por los tejados de los edificios. Arriba, tiene que reducir al propietario de la vivienda, un fornido gigantón, y, después, sale por una pequeña claraboya. Su plan consiste en llegar al palacio de Goluef y rescatar a Li Chin. Comprendiendo lo que se propone, tanto Goluef como Argos le siguen por las calles de la ciudad. En su camino, el cristiano se ve acosado por varios enemigos que han subido a los tejados para cortarle el paso.
     En España, Romualdo sigue conspirando para ganarse el favor de los Reyes Católicos, a quienes hace llegar mensajes en los que acusa a Ana María de mantener relaciones ilícitas con un escudero, y a su esposo, el conde de Roca, de haberla abandonado. Al mismo tiempo, los hombres del infame noble prosiguen sus incursiones en el condado de Torres, aterrorizando a los indefensos campesinos. Los invasores intentan hacerles creer que su señora los ha abandonado; y leen proclamas en las que se asegura que con el consentimiento de sus católicas majestades, aquellas tierras pasan a depender del de Acebedo, al que a partir de ahora tendrán que pagar los impuestos.
     Aunque parece que su ambicioso primo ha conseguido convencer a los reyes de la veracidad de las acusaciones vertidas sobre su persona, Ana María está dispuesta a hacerle frente. Para ello arma caballero y nombra capitán de sus tropas a Ramiro; y ella misma no duda en vestir la armadura y acudir con sus mesnadas al campo de batalla, para, de este modo, dar aliento a sus súbditos.
     Muy lejos de allí, en el Mar Egeo, el Guerrero del Antifaz utiliza un tablón de madera para alcanzar el palacio de Goluef desde el tejado de la última casa.  En la precaria pasarela es atacado por más griegos, de los que da buena cuenta. Tras derribar una puerta que conduce al interior del edificio, se deshace de dos enormes eunucos que custodian aquellas dependencias, y no tarda en dar con su amiga. Las mujeres de Goluef quedan vivamente impresionadas por la apostura del cristiano y se avienen a esconderle junto a su compañera cuando su amo y señor y Argos llegan al harén, sabiendo que encontrarán allí a nuestro héroe. Aunque, en cierto modo, los dos hombres habían pactado una tregua en tanto su común enemigo anduviera suelto, lo cierto es que no tardan en empezar a discutir a causa de la muchacha oriental. Aprovechando que su segundo le da la espalda, Goluef le atraviesa con la espada y acaba con su vida. Acto seguido, el traidor acciona una palanca oculta detrás de un cortinaje y una puerta secreta se abre en la pared dando paso a un gorila espantoso llamado Grof. El griego ordena a la terrible bestia que busque a los fugitivos.

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 -Aunque siempre se ha acusado a Ana María de cierta pasividad, lo cierto es que cuando la ocasión lo requiere, no duda en tomar las riendas y tratar de solventar, según sus posibilidades, aquellas situaciones contrarias o de peligro a las que se ve abocada.
 -Numeración en interior de la contraportada, 414.

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sábado, 3 de marzo de 2018

Núm. 70. NUEVA HAZAÑA

Fecha de publicación: 3 - V - 1980.



Las naves de Goluef arriban a una isla del Mar Egeo y se adentran en ella por un desfiladero navegable, defendido por numerosos cañones apostados en las paredes rocosas.
     Argos, el segundo al mando después de Goluef, bebe los vientos por Li Chin; por lo que al sufrir el desplante de la joven desafía al Guerrero del Antifaz a un duelo a muerte. Sabe por propia boca de la oriental que el cristiano es el hombre que ocupa su corazón y él está dispuesto a remediar eso.
     Subido a cubierta, nuestro héroe se enfrenta a su formidable contrincante, quien, a pesar de los gritos de ánimo que le dedican sus compañeros, se ve incapaz de vencerle. Si bien el enfrentamiento es a manos limpias, Argos no vacila en coger una espada para acabar con su rival; pero Goluef, que no ve con buenos ojos la popularidad cada vez mayor de su segundo, cree que esta es una buena ocasión para deshacerse de él y ordena que al Guerrero le sea entregada también otra arma. Pero el español no tiene necesidad de ello; puesto que, volteando al griego por encima de su cabeza, lo arroja por la borda al mar. Viendo a su camarada derrotado, los piratas se aprestan a terminar con el vencedor, mas Li Chin intercede ante Goluef y este da la orden de que respeten la vida del Guerrero. No obstante, eso no quita para que también ordene que sea encerrado de nuevo. Mientras las naves echan el ancla en el puerto de la ciudad que se levanta al fondo del desfiladero navegable; Argos, bastante mohino, nada hacia la costa, donde es recibido por algunos de sus compañeros.
     Producido el desembarco, el Guerrero, Don Luis y Fernando son encerrados en una celda, en tanto que Li Chin es conducida por el propio Goluef a su harem particular. Debidamente, Argos le recuerda a su superior que la joven le pertenece a él. Goluef simula estar de acuerdo con eso y alega que solo quería alojarla en la seguridad de su serrallo. Pero, con astucia, convence al celoso Argos de que la muchacha no será suya mientras el cristiano del antifaz siga con vida. Decidido de una vez por todas a hacerse con la mujer de la que se ha encaprichado, Argos solicita poder enfrentarse otra vez al que considera su rival. Goluef ha sabido mover los hilos y ante él se presenta una nueva oportunidad para que su segundo muera a manos del enmascarado y deje de representar una amenaza para su liderazgo. 
     El duelo se celebra en plena vía pública, donde los dos contendientes se agreden a espadazos. Pese a que Argos es su enemigo, el Guerrero intenta abrirle los ojos con respecto a las verdaderas intenciones que mueven a Goluef  al haber autorizado y alentado aquel enfrentamiento. Tras un violento entrechocar de aceros en los que estos quedan hechos pedazos, los griegos proveen a su compatriota de una espada nueva y un casco con los que poder proseguir el combate. Por su parte, Goluef presta su propia arma al cristiano, dejando bien a las claras por quién ha tomado partido.
     Mientras tanto, Li Chin permanece encerrada en el harem de Goluef, vigilada de cerca por uno de los piratas. Sin embargo, no tarda en deshacerse de él a base de propinarle unos cuantos golpes y  emprender la huida por el palacio. Un par de gorilas amaestrados le salen al paso y la atrapan cuando uno de ellos consigue agarrarla de un pie. Una vez más, la muchacha acaba en el harem, rodeada por las esposas del cabecilla griego.
     La lucha entre el Guerrero y Argos termina con la derrota cantada de este último. Goluef arenga al enmascarado para que termine lo empezado y acabe con la vida de su segundo; pero nuestro héroe se niega en redondo y, en cambio, desafía ahora al jefe pirata.

COMENTARIOS:
               -Numeración en interior de la contraportada, 413.

Núm. 69. ENEMIGO COMÚN

Fecha de publicación: 26 - IV - 1980.



Don Luis, Celestine y Fernaando se aprestan para defenderse de Goluef y sus hombres. El Guerrero del Antifaz y Li Chin aparecen en ese momento y corren a ayudar a sus amigos y al genovés. Este último se enfrenta personalmente al temible Goluef, al que desarma dos veces seguidas. Pero uno de los gigantescos gorilas amaestrados le atrapa entre sus poderosos brazos y acaba con su vida. Nuestro héroe acomete a la bestia y le da muerte con la ayuda de su daga. Uno de los piratas griegos intenta sorprender por la espalda a Li Chin, quien, puesta sobre aviso por el enmascarado, lo reduce rápidamente.
     Los habitantes de la "Isla Encantada" llevan las de perder ante el empuje de sus atacantes y huyen delante de ellos. Los españoles y la oriental prueban a salvar las murallas que rodean el recinto trepando por una enredadera que crece junto a la pared y cuya altura alcanza las almenas. El Guerrero encabeza la subida y al llegar arriba se ve atacado por otro gorila al que consigue tirar al jardín. En su caída el cuadrumano se agarra a la capa de Don Luis y arrastra a este consigo. Aturdido por el golpe recibido al dar en el suelo, el conde de los Picos está a punto de perecer aplastado por una roca que el feroz simio se dispone a arrojarle; pero el del antifaz se lanza sobre el animal y lo aniquila con la espada. Después de subir de nuevo a las almenas, los dos hombres bajan junto a Fernando y Li Chin, sirviéndose de la ayuda de una cuerda anudada. Luego, corren en dirección a la playa, donde esperan apoderarse de alguna embarcación con la que abandonar aquel lugar. Su camino se ve interceptado por Goluef y un puñado de hombres y gorilas. El cabecilla griego, que se había quitado de en medio cuando Celestine le desarmó por segunda vez, ha bajado a la playa para cortarles el paso y capturarles. Quiere hacerlos esclavos, pues en el lugar de donde viene hay gran necesidad de ellos.
     Fernando no tarda en caer inconsciente, golpeado en la cabeza por uno de los antropoides. Entretanto, su amigo enmascarado se bate con Goluef despojándole del casco que cubre su rostro surcado por una gran cicatriz. En ese momento, Li Chin es atrapada por un fornido griego llamado Argos, que amenaza con matarla si nuestro héroe no se entrega. Viendo a su amiga en peligro mortal, el Guerrero no vacila en deponer las armas. Don Luis es el último en caer, golpeado, como Fernando, por un gorila.
     Los griegos abandonan la isla llevando cautivos en uno de sus navíos a los tres españoles y a algunos hombres de Celestine que han sobrevivido al ataque. Argos, el segundo al mando después de Goluef, se ha encaprichado de Li Chin y la retiene junto a él.
     Lejos de allí, en España, los soldados de Roca, mandados por Ramiro, presentan batalla a los de Romualdo para romper el cerco que éstos han tendido al castillo de Torres. En su pensamiento siempre está presente Ana María y, hecho una furia, mata al capitán del bando contrario cuando este emplea palabras hirientes para referirse a la condesa. Finalmente victoriosos, el escudero y los hombres bajo su mando, regresan al castillo de Roca, donde Ana María, impresionada por la actuación de su leal vasallo, considera que este merece ser armado caballero.

COMENTARIOS:
               -En el cuaderno anterior vimos que Fernando estaba con el Guerrero y Li Chin, y no junto a Don Luis y Celestine, como ahora sucede.
               -Numeración en interior de la contraportada, 412.

domingo, 4 de febrero de 2018

Núm. 68. LAS ALMENAS TRÁGICAS

Fecha de publicación: 19 - IV - 1980.



Ante el temor de tener que enfrentarse a los gorilas amaestrados que llevan los griegos, Celestine ordena a los suyos y a sus circunstanciales aliados que se retiren a las almenas. Desolado, Don Luis toma en brazos el cadáver de Soraya y lo introduce en la fortaleza. El Guerrero del Antifaz, Fernando y Li Chin cubren la retirada de Celestine y sus hombres. Una vez todos tras la protección de los muros, el rastrillo de la entrada es bajado para impedir que los atacantes puedan acceder al recinto por allí. Cerrado también el portón, los defensores suben a las almenas desde donde disparan sus cañones sobre los piratas asaltantes. El conde de los Picos no interviene, de momento, y permanece, lleno de dolor, junto al cuerpo de la que fue sultana de Esmirna.
     Los gorilas amaestrados demuestran ser excelentes escaladores y varios de ellos logran trepar por puntos diferentes hasta coronar las almenas, donde causan estragos entre los sitiados. Uno de los antropoides se abalanza sobre el amo de la isla, pero el Guerrero interviene en su auxilio, salvándole con su espada de una muerte cierta. A pesar del empeño de los defensores, gorilas y piratas griegos se abren paso finalmente hasta el jardín de delicias, en el que ponen en fuga tanto a los hombres de Celestine como a las aterradas mujeres-mariposa, que ante el pavor que les producen los recién llegados parecen haber salido del estado de embriaguez en el que estaban sumidas por obra y gracia del viejo Sago. Li Chin se defiende con arrojo, pero es atrapada por uno de los enormes simios. Su amigo enmascarado presencia la escena desde las almenas y no duda en saltar sobre el cuadrumano, al que apuñala hasta provocarle la muerte.
     "Garfio" Chamul y Boguro, que ya se han recuperado de su encuentro con Li Chin y Fernando, se topan con un grupo de enemigos entre los que se encuentra su líder, Goluef. El esclavista otomano no es rival para el cabecilla griego y pronto cae sin  vida. Boguro, como loco, se dispone a vengarlo, pero también muere a manos del temible pirata.
     En España, en el condado de Roca, Ana María recibe noticias de que las huestes de su primo Romualdo han invadido sus tierras, sembrando el terror y el caos. Ramiro se pone al frente de una partida de soldados y galopa hacia el castillo de Torres, que encuentra en pleno asedio por parte de los hombres de Acebedo.
     En la "Isla Encantada" parece que los incursores griegos se han hecho dueños de la situación y exterminan a cuanto contrario encuentran a su paso. El Guerrero, Fernando y Li Chin evitan encontrarse con ellos, escondiéndose entre las frondas del jardín; pero Don Luis y Celestine, que han dado sepultura a Soraya en un rincón del vergel, son sorprendidos por el propio Goluef y los hombres que le acompañan.

COMENTARIOS:
               -La idea de unos piratas griegos que utilizan en sus expediciones de saqueo fieros gorilas amaestrados resulta realmente exótica, por no decir extravagante; pero sirve para insuflar una sensación de verdadero peligro a la trepidante trama.
               -Don Luis y Celestine ovidan su rivalidad ante la tragedia que representa la muerte de la mujer a la que ambos amaban y a la que terminan por enterrar los dos.
               -Parece que a estas alturas de la serie Gago quiere desprenderse de algunos personajes de los que, tal vez,  ya no pueda o le interese seguir sacando partido y no duda en acabar expeditivamente con ellos: Soraya, "Garfio" Chamul y Boguro.
               -Numeración en interior de la contraportada, 411.

Núm. 67. PLANTAS CARNÍVORAS

Fecha de publicación: 12 - IV - 1980.

Don Luis: -¡Soraya!...¿A qué vienes?
Soraya: -Te amo más a ti que a Celestine, Don Luis...


Celestine hace saber al Guerrero del Antifaz que el invernadero en el que ha caído Li Chin contiene plantas carnívoras. Instintivamente, el enmascarado se vuelve unos segundos para asomarse por el agujero hecho en el techo de cristal y recibe un golpe a traición por parte del genovés que le hace precipitarse entre las plantas que atacan a su amiga. Con la ayuda de su espada nuestro héroe se emplea en destrozar los monstruosos vegetales, uno de los cuales ha envuelto completamente a Li Chin. Tras hacer pedazos la planta y sacar de su interior a la joven, nuestro héroe prosigue con la destrucción de los letales especímenes. Celestine no puede soportar cómo el trabajo de años está acabando de esa manera y lanza a la pareja una cuerda con nudos para que suban por ella. El Guerrero apremia a Li Chin para que trepe por la soga, mientras él se apresta a salir por la puerta del invernadero. Al ver que el cristiano no acompaña a la oriental, Celestine decide hacer rehén a la última; pero la muchacha tira fuertemente del brazo que le tiende y lo arrastra con ella hasta las plantas carnívoras. Nuestro héroe, que aún no ha abandonado el invernadero, libera nuevamente a su compañera de los letales tallos y huye junto a ella por el jardín, donde Fernando se reúne con ambos, después de deshacerse de los enemigos que le acosaban. Loco de rabia, Celestine comprueba que el enmascarado ha aniquilado a todas sus plantas.
     En otro lugar del palacio, Soraya, viéndose libre por unos momentos de la presencia del jefe pirata, corre a la celda donde está encerrado Don Luis y lo libera.
     Sin previo aviso, en la ensenada de la isla, una escuadra de barcos extranjeros hace acto de presencia: son los piratas griegos del terrible Goluef. Los hombres que patrullan las almenas de la fortaleza dan rápidamente la voz de alarma y Celestine acude prestamente para organizar la defensa.
Los momentos de confusión favorecen que el conde de los Picos y su amada se reúnan, por fin, con sus amigos en el jardín. Celestine pide a los cristianos que olviden sus diferencias y hagan frente común a los invasores, a los que tilda de gente salvaje y sin entrañas. El Guerrero, que, en un principio, recela del sibarita pirata, acepta con la condición de que luego les facilite un navío con el que él y sus amigos puedan retornar a España. Los cañones de la fortaleza abren fuego, pero el enemigo consigue desembarcar y atacar las murallas. Uno de los griegos arroja un hacha de doble filo que golpea fatalmente a Soraya en la cabeza. Ante la consternación de los que han sido amigos y amantes de la otomana, el cuerpo sin vida de ésta cae en la parte interior del muro defensivo, a los pies de "Garfio" Chamul y Boguro, quienes auguran una mala reacción por parte de Bayaceto cuando conozca la suerte corrida por la que fuera su favorita.
     Dando un alarido de dolor y furia, Don Luis salta al exterior y cae en medio de los invasores, con los que se enzarza en un feroz combate. Pronto se ve rodeado de enemigos y en su ayuda tienen que acudir el Guerrero y Li Chin, quienes también se lanzan desde las almenas. Decidido a vengar la muerte de Soraya, Celestine ordena a los suyos que abran las puertas; pero cuando él, sus hombres y Fernando salen al exterior, se encuentran con la desagradable sorpresa de que los griegos traen consigo gigantescos gorilas amaestrados.

COMENTARIOS:
               -Soraya, a pesar de haber albergado algún tipo de sentimiento hacia su antiguo amante, el pirata Celestine, no duda en salvar a Don Luis de su encierro, consciente de que el amor que siente por el español supera al que pueda tenerle al genovés. De todas formas, este amor no va a durar mucho, pues casi inmediatamente después de abandonar las mazmorras perderá la vida durante el asalto enemigo.
               -Ciertamente, el aspecto que Goluef y sus hombres presentan no resulta nada ortodoxo para unos supuestos griegos del siglo XV (o XVI; según fechemos estas NUEVAS AVENTURAS), pero ¿en verdad importa?.
               -Numeración en interior de la contraportada, 410.

sábado, 3 de febrero de 2018

Núm. 66. ENFRENTADOS

Fecha de publicación: 5 - IV - 1980.



     "-Vuestro esposo regresará y lavará vuestro honor con sangre [,Ana María]."
                                           -Sarita.


Cuando los amigos del Guerrero del Antifaz entran en el palacio de Celestine, Li Chin, que se ha quedado algo rezagada, se ve detenida y atrapada por el cuello por un garfio de hierro. Al girarse, descubre que su propietario es "Garfio" Chamul, el cual, según sus propias palabras, es amigo y huésped del genovés. El esclavista amenaza con matar a la joven si Don Luis y Fernando no se entregan. El antiguo escudero del Guerrero rinde la espada, mas el conde de los Picos hace caso omiso a las palabras de su enemigo y prosigue la búsqueda de Celestine, a quien encuentra en compañía de Soraya. Los dos hombres se enfrentan en un duelo personal, pero aprovechándose de un descuido de su rival, el pirata le golpea con el plano de la espada y se dispone a darle la puntilla. La mujer por la que ambos contienden le amenaza con no volver a mirarle a la cara si hace tal cosa.
     Entretanto, Li Chin coge del brazo a "Garfio" Chamul y, volteándolo por encima de sí misma, lo lanza violentamente contra el suelo. La escena es contemplada por Boguro, quien al ver a su compañero tratado de tal forma, arremete como un loco contra la agresora. Pero entre los golpes que la oriental le propina y la ayuda de Fernando, el negro se desploma inconsciente. Enseguida, los dos jóvenes prosiguen su búsqueda por el edificio.
     Celestine ordena que Don Luis sea encerrado y, en deferencia a Soraya, desiste en su idea de darle muerte. De todas formas el pirata advierte a la depuesta sultana que no tolerará ningún engaño por parte de ella.
     En España, Ana María recibe la visita de un heraldo de Romualdo, que le hace entrega de un escrito en el que su canallesco pariente le comunica que ha denunciado ante los Reyes Católicos el estado de abandono en que tiene el condado de Torres, la fuga de su esposo con una mujer extranjera y sus relaciones con Ramiro. Indignados, Ana María y el fiel escudero expulsan con cajas destempladas al emisario, quien les asegura que ambos serán castigados y que sus verdugos serán los propios hombres del de Acebedo. Tras abandonar el castillo y regresar junto a su señor, el esbirro da cuentas a éste de la entrevista mantenida. Lo que Romualdo pretendía con esta acción era que su prima le declarase la guerra, pero al ver frustrados sus planes ordena al emisario -que es el capitán de sus fuerzas- que invada el condado de Torres.
     En la "Isla Encantada", el Guerrero, aun estando encadenado, se revuelve contra Sago y, de una patada, consigue que el frasco de la droga que el viejo pretende suministrarle para anular su voluntad caiga al suelo. Los carceleros acuden prestos para sujetar al indomable prisionero, pero se las ven y las desean para lograrlo. En la confusión que se origina, Sago trata de clavar un dardo empozoñado al cristiano, pero la oportuna llegada, en ese momento, de Li Chin lo evita. Con la ayuda de su amiga y Fernando, el enmascarado queda pronto en libertad de sus cadenas;  y, tomando como rehén al viejo curandero, el trío va en busca de Celestine, sabiendo que Don Luis y Soraya no deben andar muy lejos de su presencia.
     Al salir a un patio del palacio se tropiezan con el sibarita pirata y sus hombres e, inevitablemente, se inicia una nueva pelea durante la cual, Li Chin cae sobre el techo de cristal a ras del suelo de uno de los invernaderos y cae sobre unas plantas carnívoras gigantescas, que la atrapan con sus tallos.

COMENTARIOS:

               -Si bien "Garfio" Chamul afirma ser amigo y huésped de Celestine, lo cierto es que el cuaderno núm. 64, titulado "El pirata Celestine", éste decía, según sus propias palabras, que el esclavista le había puesto sobre la pista de Soraya, porque le obligó a decírselo, dando la impresión de que ambos individuos no se llevaban bien.
               -La antigua sultana intenta como puede manejar la difícil situación en la que tanto ella como sus amigos españoles se encuentran; para ello tiene que recurrir al engaño y el doble juego, pues sabe que el celoso Celestine, con tal de retenerla a su lado, no dudará en acabar con la vida del conde de los Picos.
               -Por segunda vez en poco tiempo, Li Chin atraviesa el techo de cristal de uno de los invernaderos donde el amo de la "Isla Encantada" cría enormes especies carnívoras. En la primera ocasión no se llegó a decir nada sobre la naturaleza de tales plantas, pero la forma en que Gago dibuja estas y aquellas, da a entender que se tratan del mismo tipo.
               -Numeración en interior de la contraportada, 409.