sábado, 3 de marzo de 2018

Núm. 70. NUEVA HAZAÑA

Fecha de publicación: 3 - V - 1980.



Las naves de Goluef arriban a una isla del Mar Egeo y se adentran en ella por un desfiladero navegable, defendido por numerosos cañones apostados en las paredes rocosas.
     Argos, el segundo al mando después de Goluef, bebe los vientos por Li Chin; por lo que al sufrir el desplante de la joven desafía al Guerrero del Antifaz a un duelo a muerte. Sabe por propia boca de la oriental que el cristiano es el hombre que ocupa su corazón y él está dispuesto a remediar eso.
     Subido a cubierta, nuestro héroe se enfrenta a su formidable contrincante, quien, a pesar de los gritos de ánimo que le dedican sus compañeros, se ve incapaz de vencerle. Si bien el enfrentamiento es a manos limpias, Argos no vacila en coger una espada para acabar con su rival; pero Goluef, que no ve con buenos ojos la popularidad cada vez mayor de su segundo, cree que esta es una buena ocasión para deshacerse de él y ordena que al Guerrero le sea entregada también otra arma. Pero el español no tiene necesidad de ello; puesto que, volteando al griego por encima de su cabeza, lo arroja por la borda al mar. Viendo a su camarada derrotado, los piratas se aprestan a terminar con el vencedor, mas Li Chin intercede ante Goluef y este da la orden de que respeten la vida del Guerrero. No obstante, eso no quita para que también ordene que sea encerrado de nuevo. Mientras las naves echan el ancla en el puerto de la ciudad que se levanta al fondo del desfiladero navegable; Argos, bastante mohino, nada hacia la costa, donde es recibido por algunos de sus compañeros.
     Producido el desembarco, el Guerrero, Don Luis y Fernando son encerrados en una celda, en tanto que Li Chin es conducida por el propio Goluef a su harem particular. Debidamente, Argos le recuerda a su superior que la joven le pertenece a él. Goluef simula estar de acuerdo con eso y alega que solo quería alojarla en la seguridad de su serrallo. Pero, con astucia, convence al celoso Argos de que la muchacha no será suya mientras el cristiano del antifaz siga con vida. Decidido de una vez por todas a hacerse con la mujer de la que se ha encaprichado, Argos solicita poder enfrentarse otra vez al que considera su rival. Goluef ha sabido mover los hilos y ante él se presenta una nueva oportunidad para que su segundo muera a manos del enmascarado y deje de representar una amenaza para su liderazgo. 
     El duelo se celebra en plena vía pública, donde los dos contendientes se agreden a espadazos. Pese a que Argos es su enemigo, el Guerrero intenta abrirle los ojos con respecto a las verdaderas intenciones que mueven a Goluef  al haber autorizado y alentado aquel enfrentamiento. Tras un violento entrechocar de aceros en los que estos quedan hechos pedazos, los griegos proveen a su compatriota de una espada nueva y un casco con los que poder proseguir el combate. Por su parte, Goluef presta su propia arma al cristiano, dejando bien a las claras por quién ha tomado partido.
     Mientras tanto, Li Chin permanece encerrada en el harem de Goluef, vigilada de cerca por uno de los piratas. Sin embargo, no tarda en deshacerse de él a base de propinarle unos cuantos golpes y  emprender la huida por el palacio. Un par de gorilas amaestrados le salen al paso y la atrapan cuando uno de ellos consigue agarrarla de un pie. Una vez más, la muchacha acaba en el harem, rodeada por las esposas del cabecilla griego.
     La lucha entre el Guerrero y Argos termina con la derrota cantada de este último. Goluef arenga al enmascarado para que termine lo empezado y acabe con la vida de su segundo; pero nuestro héroe se niega en redondo y, en cambio, desafía ahora al jefe pirata.

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               -Numeración en interior de la contraportada, 413.

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