viernes, 24 de marzo de 2017

Núm. 37. LA ESCUADRA DE BAYACETO

Fecha de publicación: 15 - IX - 1979.



"La condesa de Torres ha sido y es una de las más virtuosas damas españolas. Y yo soy su esposo y su paladín" -El Guerrero dejando las cosas claras a sus súbditos.

       El disfrazado esbirro de "El Monje" se gana la confianza de Li Chin en espera de una ocasión propicia para apuñalarla a traición; sin embargo, comete el error de querer abusar de ella antes, y la muchacha no tarda en dar con él en el suelo y arrebatarle la espada. El falso soldado acaba por confesarle que no sabe dónde puede estar el Guerrero del Antifaz.
       Al enterarse de que Nora se ha marchado con los del condado de Roca, "Hércules" y sus hombres salen en su busca, ya que no están dispuestos a quedarse sin la curandera que les atiende cuando están heridos o enfermos. Acortando camino por atajos conocidos por ellos llegan al lugar del bosque donde nuestros amigos han hecho un alto para pernoctar con miras a que la aún débil Ana María no se resienta.
       Ramiro hace guardia por los alrededores del campamento y es el primero en ser atacado. Con gran habilidad esquiva los cuchillos mortales que el jefe de los bandidos le lanza. Al oír el ruido de la pelea, el Guerrero se une a él en la violenta confrontación que tiene lugar. Nora media en el conflicto, tratando de que "Hércules" entre en razón y respete su decisión de abandonar aquellos parajes.
       Justo en ese momento aparece Li Chin, que, en la oscuridad de la noche, ha visto la hoguera encendida para dar calor a Ana María. Con pesar, comprueba que el hombre al que ama ha hecho las paces con su esposa.
       Finalmente, "Hércules" atiende a las razones de la curandera y regresa en paz al monte con los suyos.
       En Esmirna, Bayaceto II, es informado del paradero de su favorita y se siente profundamente ultrajado; pues por las palabras de su consejero Muley Jassan, llega a creer, erróneamente, que la sultana está retenida en contra de su voluntad por el cristiano del antifaz. Dispuesto a castigar tamaña osadía, ordena que una flota zarpe rumbo a España con la misión de rescatarla. Entre los capitanes de los barcos que se hacen a la mar, se haya el antiguo enemigo de nuestro héroe Garfio Chamul, al que acompaña su inseparable Boguro. Ambos tienen en mente vengarse de la humillación sufrida a manos del enmascarado.
       En el castillo de Roca, y ausente el Guerrero, la voluble Soraya no se queda de brazos cruzados y, ante unos divertidos Fernando y Sarita, se dedica a tirarle los tejos a un aturrullado Don Luis, que se "defiende" como puede de las insinuaciones de la otomana.
       Días después se produce la llegada de los señores del feudo y todos salen a recibirles. El conde de Roca hace un vehemente alegato de la honorabilidad de su esposa y conmina a sus soldados a defenderla hasta el último hombre de futuras acechanzas; ellos prometen así hacerlo. Sarita, por su parte, se alegra de la incorporación de Nora a los habitantes del castillo, ya que su presencia puede ayudar a que Ramiro se olvide de la condesa.
       Tras nueve días de navegación, la flota turca arriba a las costas españolas y el Guerrero es puesto sobre aviso. Soraya, sabiendo que vienen a por ella, ruega al enmascarado que no la entregue; sin embargo, éste considera que lo mejor sería que volviese con el sultán para evitar mayores conflictos.
       Llevando algunas tropas del condado, nuestro héroe, Don Luis y Fernando se dirigen hacia la costa, donde los pocos navíos españoles que permanecían atracados en el puerto son hundidos por el enemigo. El enmascarado dirige la defensa poniéndose al frente de la batería de cañones instalada en la playa con la finalidad de repeler incursiones enemigas. Los turcos botan chalupas de asalto y, a pesar del fuego cristiano, avanzan con el propósito de desembarcar. Garfio Chamul es uno de los que van en la vanguardia del ataque.

COMENTARIOS:

               - Consciente de la amenaza que supone para su matrimonio la presencia de Li ChinAna María se pone inmediatamente en guardia y decide marcar su territorio. En la viñeta 4 de la página 8 vemos que, disimulando un vahído, se abraza a su esposo, mientras dirige a su rival una significativa mirada de soslayo con la que parece decirle que el Guerrero es otra vez suyo y que no está dispuesta a dejárselo quitar. Li Chin se da rápidamente cuenta de la situación y ve peligrar sus planes de conseguir alguna vez el amor del enmascarado.
              -En el cuadro de texto de la página 1, que sirve de resumen del cuaderno anterior, se desliza un pequeño error cuando se nos dice que el Guerrero y los suyos se dirigen al condado de Torres. Como podemos comprobar más tarde, su destino es el de Roca.
             -Numeración en interior de la contraportada, 380.

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