lunes, 27 de noviembre de 2017

Núm. 44. "MALAPATA"

Fecha de publicación: 3 - XI - 1979.



       "Malapata": -Has reparado muy bien mi pata, Ozul...¿Qué quieres como premio?
       Ozul: -Quisiera...quisiera...visitar a la princesa amarilla...si no te ofende.
       "Malapata": -¡Ja, ja, ja! ¡Ve con ella, Ozul! ¡Todos mis amigos tienen derecho a participar en el reparto del botín!


       Don Luis arroja a Boguro a las aguas del puerto, y el Guerrero del Antifaz, tras esquivar las acometidas del garfio de Chamul, hace lo propio con este. En ese momento, los soldados de palacio irrumpen en el muelle y los fugitivos se abren paso entre ellos, tratando de escapar por unas calles patrulladas por el enemigo. En un almacén sin vigilar, nuestros amigos encuentran unos toneles vacíos que representan un buen lugar donde esconderse.
       Repuesto de su borrachera, Bayaceto monta en cólera al conocer la fuga de su favorita. Muley Hassan ha ordenado perseguir y matar a los huidos, pero el sultán quiere a Soraya con vida para castigarla personalmente.
       Quiere la casualidad que un capitán corsario otomano, amigo de lo ajeno, a quien apodan "Malapata" por el palo de madera que sustituye la pierna que perdiera en alguna escaramuza, entre con sus hombres en el almacén donde se esconden el enmascarado y los suyos para "proveerse" de víveres. Entre los barriles que suben a bordo de su navío están aquellos en los que se han escondido los fugitivos. Nuestro héroe confía en que la tripulación no sea muy numerosa y puedan adueñarse del barco.
       Uno de los corsarios deja caer accidentalmente el tonel en el que va Soraya y, al abrirse la tapa, la sultana queda al descubierto. Reconociendo al capitán, la mujer le pide que le ayude a huir. "Malapata" acepta encantado a cambio de que ella le conceda sus "favores". Conscientes de la situación en que se haya su amiga, los tres cristianos y Li Chin salen de sus barriles dando a conocer su presencia. El jefe corsario finge estar dispuesto a facilitarles la huida.
       El barco zarpa de Esmirna y, mientras el desconfiado grupo de fugitivos permanece sin separarse en cubierta, "Malapata" se lleva a Soraya a su camarote. Allí la amenaza con asesinar a sus compañeros si ella no se aviene a sus deseos. La sultana no tiene más remedio que doblegarse a los deseos del lascivo otomano. Fuera, Don Luis, que últimamente parece centrar sus atenciones en la esposa de Bayaceto, está intranquilo por lo que pueda estar sucediendo dentro del camarote.
       Más tarde, "Malapata" invita a sus pasajeros a un suculento banquete en el que les anima a beber sin medida. El conde de los Picos ahoga la rabia que le embarga en el licor, pero el Guerrero, sospechando que su anfitrión pueda haber drogado la bebida, finge volcar accidentalmente su copa y deja de beber. Sólo él permanece despierto cuando el narcótico surte efecto. El corsario, que también desea a Li Chin, ordena a sus hombres que ésta sea llevada a su camarote. Mientras Don Luis y Fernando son encadenados en la sentina, el enmascarado, algo aturdido por la droga ingerida, se mide con el artero capitán.
       El corsario se guarda un as en la manga, o más bien en la pata: un afilado estilete de acero cuya punta también impregnada de algún narcótico se clava en la mano del cristiano. A pesar de debatirse con bravura, y no sin antes haber tenido ocasión de romper el estilete, el Guerrero se desploma inconsciente y es encerrado junto a sus dos amigos.
       En su embriaguez narcótica Li Chin cree hallarse entre los brazos de su amado enmascarado, pero, al aclararse su mente, descubre que se trata del aprovechado "Malapata". Satisfecho su apetito sexual, el corsario abandona el camarote y hace que uno de sus hombres le recomponga la pata de palo. Como recompensa por su buen hacer le premia con poder disfrutar de la compañía de Li Chin, pero la joven no está dispuesta a soportar esta nueva vejación.

COMENTARIOS:
               -Nos las vemos en este cuaderno con otro personaje de bastante mala catadura. Desagradable, traicionero y lascivo en extremo, "Malapata" no duda en satisfacer su lubricidad con cuanta mujer se le pone por delante. Para él Soraya y Li Chin no son más que un pasatiempo pasajero, carne femenina para usar y tirar sin ningún tipo de miramientos.
                -Numeración en interior de la contraportada, 387.
   

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