martes, 23 de enero de 2018

Núm. 64. EL PIRATA CELESTINE

Fecha de publicación: 22 - III - 1980.
       

          "-Ella [Soraya] siempre fue una gran diplomática. Supo otorgar a tiempo...y sorteó todos los temporales."
                                   -Celestine.


A pesar de que los soldados otomanos de la torre disparan sus cañones, la distancia impide que las balas alcancen la barca de pescadores con la que el Guerrero del Antifaz y sus amigos ponen rumbo a España. Al día siguiente, tres naves de aspecto veneciano, rodean la pequeña embarcación, que es abordada por el capitán pirata Celestine; un individuo peculiar, antiguo "amigo" de Soraya, a quien "Garfio" Chamul ha puesto sobre la pista de la ex sultana. Según dice, viene en son de paz y sólo quiere encontrarse con ella.
     Reconociendo en él a un posible rival amoroso, Don Luis se bate con Celestine, pero es desarmado por su oponente. El conde se dispone a proseguir el duelo únicamente con la ayuda de su puñal, pero, en ese momento, Soraya aparece en cubierta y consigue que los contendientes depongan las armas.
     Celestine les propone que sean sus huéspedes en su "Isla encantada" mientras la otomana se piensa con quién de sus dos admiradores quiere quedarse. Sorprendentemente y para consternación de Don Luis, Soraya acepta la invitación; en realidad, lo que busca es ganar tiempo, pues sabe que un choque con su antiguo amigo no ayudaría en nada. Por su parte, el Guerrero también se aviene a la propuesta, pero dejando bien claro que serán huéspedes y no cautivos, cosa a lo que el pirata no pone objeción alguna.
     En España, varios soldados de Romualdo, buscan a su señor y lo encuentran, herido, en la cabaña del bosque. El vil noble les ordena sin discusión que partan inmediatamente y apresen tanto a Ramiro, el autor de su herida, como a la condesa de Torres. Preguntándose cuál puede ser el motivo por el que su amo quiere hacer prisionera a su prima, los soldados salen al galope para encontrar a sus objetivos detenidos a la orilla de un riachuelo donde Ana María atiende como puede la herida de Sarita que se ha vuelto a abrir. Al verlos llegar, Ramiro hace frente a los soldados mientras las mujeres escapan a caballo. Tras deshacerse de sus atacantes, el escudero toma una de las cabalgaduras que han quedado sin jinete y galopa hasta alcanzar a dos soldados más que persiguen de cerca a la condesa y su amiga. Saltando sobre ellos, el escudero golpea la cabeza de uno de los hombres contra la del otro y los deja inconscientes. Reunido de nuevo, el trío se encamina hacia el castillo de Roca, al que llegan sin que se produzcan más incidentes. Allí, Ana María y Nora se emplean en curar a Sarita. La curandera no oculta a Ramiro que desea el pronto regreso del Guerrero, ya que es consciente de que el escudero no puede amarla a causa de lo que siente por su señora.
     En el barco de Celestine, un contrariado Don Luis sufre de celos al creer, erróneamente, que Soraya coquetea con su antiguo admirador. Tiempo después surge en el horizonte la "Isla encantada", donde una larga muralla circunda un gran jardín en el que, según se cuenta, su sibarita anfitrión  tiene, entre otras cosas, plantas afrodisiacas. La intención de nuestro héroe es la de permanecer poco tiempo en aquel lugar; mas cuando acceden al fabuloso jardín, Don Luis y Fernando caen bajo el extraño hechizo embriagador de las flores que allí crecen. El enmascarado se muestra precavido y aconseja a sus amigos que no sigan oliéndolas. Más aún, Li Chin les informa de que en su país, esas plantas son conocidas por producir euforia, falsa sensación de bienestar...y, posiblemente, la muerte.
De pronto, de entre el lujuriante follaje surge una hermosa mujer con alas y antenas de mariposa.

COMENTARIOS:
               -Está claro que, a pesar de haber sido la favorita de Bayaceto, Soraya no había perdido el tiempo y había dejado tras de sí una estela de antiguos amantes que aún la recuerdan con entusiasmo. Sin embargo, desde que se enamorara de Don Luis, ya no es la mujer voluble y caprichosa a la que le divertía jugar con los hombres.
               -Numeración en interior de la contraportada, 407.  

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