lunes, 29 de enero de 2018

Núm. 65. LA ISLA ENCANTADA

Fecha de publicación: 29 - III - 1980.


Li Chin: -¿Por qué estar serios y recelosos si podemos ser dichosos en esta isla?
Guerrero: -Este paraíso es falso.


El Guerrero del Antifaz descubre con desagrado que Celestine utiliza a una serie de cautivas, a las que se les ha privado de voluntad y disfrazado de mujeres-mariposa, para que sirvan de diversión y placer a los invitados de la isla. Fernando y Don Luis no pueden sustraerse a la falsa sensación de felicidad y bienestar que las extrañas flores del jardín provocan en quienes las huelen y corren, como drogados, detrás de algunas de las bellas odaliscas.
     Celestine conduce al enmascarado y a Li Chin a un palacio junto al que se levanta un gran invernadero de cristal. Mientras el cabecilla pirata se retira a sus aposentos con Soraya, Li Chin, que también parece haber caído bajo el influjo de las intoxicantes flores, incita al Guerrero a que la siga al jardín. Nuestro héroe va tras ella para detenerla; mas, en un rincón apartado del edificio, la muchacha le hace saber que sólo estaba fingiendo. Ha visto que él estaba a punto de enfrentarse a Celestine y ha querido evitarlo, pues piensa que el pirata es enemigo peligroso y lo aconsejable es proceder con cautela. Pero nuestro héroe está decidido a salir de aquel falso edén y va en busca de Don Luis y Fernando. Su camino se ve interceptado por varios piratas que vigilaban sus pasos.
     Al oír ruido de lucha, Celestine sale de sus habitaciones e, ignorando los ruegos de Soraya para que no cause daño a sus amigos, se enfrenta con la espada al enmascarado. Durante la pelea el sibarita pirata arroja a la cara de su oponente un néctar de flores concentrado, mareándolo. Li Chin sale en ayuda de su amigo y propina una patada al traidor; pero este último la tira al vacío desde una balconada y viene a estrellarse contra el techo del invernadero. El cristal se hace añicos y la joven ve amortiguada la caída gracias a las enormes plantas que su artero anfitrión cultiva allí. Celestine aprovecha el aturdimiento de su contrincante para golpearlo en la cabeza por la espalda. Luego, ordena a sus hombres que lleven al prisionero ante el viejo Sago, una suerte de curandero o alquimista de aspecto nada amable que se encarga de elaborar para su señor brebajes que anulan la voluntad. Celestine es consciente de que tener a su lado a un luchador consumado como es nuestro héroe puede beneficiarle y quiere que el anciano lo convierta en una marioneta a su servicio. Siguiendo los deseos del pirata, el Guerrero es encadenado de pies y manos en una mazmorra, y Li Chin convertida, mediante un bebedizo que Sago le suministra, en otra mujer-mariposa más.
     Don Luis, que persigue a una de las bellezas que pululan por el jardín, cae accidentalmente en un estanque donde, al contacto con el agua, recupera el dominio de sus facultades. Al ver que Fernando actúa de forma insensata e impropia de él, el conde de los Picos consigue sacarlo de su estupor dándole una fuerte bofetada. Juntos, van en busca de su amigo enmascarado, pero por el camino se tropiezan con una embriagada Li Chin que está a punto de caer en los brazos de uno de los esbirros de Celestine. Tras deshacerse del individuo, Don Luis sacude fuertemente a la muchacha hasta que esta recobra su estado normal. Inmediatamente, el trío se encamina hacia el palacio, librándose de cuantos piratas les salen al paso.
     En los calabozos, el Guerrero recibe la visita de Sago, que viene dispuesto a hacerle beber una droga que anulará su voluntad.

COMENTARIOS:
               -Episodio realmente curioso en el que vemos a nuestro héroe y sus amigos desenvolviéndose en un ambiente exótico nada habitual en la serie.
               -Aunque en el cuaderno anterior se insinuaba que Celestine y los suyos podrían ser venecianos, ahora se nos dice que el sibarita y extravagante personaje es genovés.
               -Numeración en interior de la contraportada, 408.



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