domingo, 24 de diciembre de 2017

Núm. 54. EL GUERRERO Y NADUSKA

Fecha de publicación: 12 - I - 1980.


          "-¡La vengaré! ¡[Laika] ha sido mi gran compañera en la soledad, cuando me echaron del pueblo de Guruf Kan! "
                                              -Tarkof.



A pesar de los ruegos de Sika para que no mate a la loba Laika, el Guerrero del Antifaz se ve obligado a hacerlo. Loco de furia y queriendo vengar al animal, Tarkof ataca brutalmente al enmascarado; pero no puede evitar ser vencido y acaba maniatado por su oponente. Teniéndolo ahora de rehén, nuestro héroe negocia con dos de los hijos del gigantón la devolución de Naduska. Ellos siguen afirmando no saber nada y estar, en cambio, dispuestos a matar al enmascarado en cuanto su padre lo ordene. Viendo que les rodean demasiados hombres-lobo, Sika y Li Chin tratan de convencer a su reticente amigo de que lo mejor que pueden hacer es marcharse. El prisionero aprovecha un descuido del cristiano para asestarle por sorpresa una patada y dar con él en el suelo. Li Chin reacciona al instante y es ella la que, ahora, patea al agresor, dando tiempo a su amigo para que se recupere del golpe. Como los enemigos son muchos, las dos mujeres ven más prudente proceder a la retirada y echan a correr, sabedoras de que nuestro héroe las seguirá sin remedio. Sika afirma que su amigo el Rey Lobo -que odia a Tarkof y sus hijos tanto como ella-, les ayudará.
       Mientras tanto, aprovechando que Korkof, el hijo menor de Tarkof duerme a su lado, Naduska se fuga del escondite donde está retenida. Tiempo después el joven despierta y descubre la ausencia de su cautiva. Sale en su busca y, tras dar con ella, está a punto de capturarla cuando el Guerrero del Antifaz y sus compañeras pasan, casualmente, por el lugar. Korkof, como su progenitor, es un enemigo peligroso que emplea a fondo todos sus recursos para vencer a nuestro héroe. Mas, al fin, son los poderosos puños del enmascarado los que deciden el resultado de la pelea, tumbando al belicoso joven. Tarkof, sus otros dos vástagos y numerosos hombres-lobo aparecen a lo lejos y, si bien el Guerrero se apresta a hacerles frente, Sika le convence de que vaya a pedir ayuda al anteriormente citado Rey Lobo, el cual, según dice, está enamorado de ella y odia al pelirrojo por tener sometido a su pueblo. Enterados de que su detestado enemigo se acerca a sus lares, el Rey Lobo y los suyos se unen al cristiano para combatir juntos al tirano.
       En otro lugar de aquellas montañas, Don Luis y Fernando consiguen deshacerse de sus ligaduras y desatan a Torik Kan. Sorprendidos por sus carceleros, intentan abrirse paso entre ellos.
       El Guerrero lucha denodadamente contra Tarkoff, los dos hijos que le acompañan y sus seguidores, ignorando que Sika y el Rey Lobo planean hacerle su prisionero una vez sus adversarios hayan muerto.

COMENTARIOS:

               -Sigue la confusión de la que hablábamos en el episodio anterior. Ahora nos encontramos con un tal Rey Lobo que nos es presentado como el antiguo y legítimo señor de los hombres-lobo, al que Tarkof arrebató el poder. Sika ya no vuelve a hacer mención del posible parentesco que la une al gigante pelirrojo; incluso habla de él como si fuera un bárbaro llegado de fuera para dominar a los lobos humanos. También nos enteramos por propia boca de Tarkof de que, en el pasado, fue expulsado del poblado de Guruf Kan y sólo contó con la fiel compañía de la loba Laika. ¿Pertenecía, pues, Tarkof al poblado y fue expulsado de él por su depravación o sólo buscó allí refugio y no fue admitido? ¿De dónde llegó? Si no pertenece al pueblo de los hombres-lobo, ¿a cuento de qué posee orejas y colmillos lobunos? Son cuestiones insolubles en esta enrevesada trama.
               -En un momento dado, Li Chin le dice a Naduska que van a llevarla con su padre para que Soraya recobre la libertad. Como pudimos ver en el cuaderno número 51, titulado "TIERRAS LEJANAS", la sultana se quedó en el poblado de Guruf Kan no como prisionera suya sino porque el Guerrero no quería que ni ella ni Li Chin se expusieran a los peligros que, con toda certeza, surgirían en su busca y rescate de Naduska.
               -Numeración en interior de la contraportada, 397.
       






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